Se podría pensar que debido a las interminables investigaciones de la vida sexual y a la propia experiencia sexual ya conocemos todo sobre los deseos, fantasías y preferencias masculinas. Pero no es del todo cierto.
Hay cosas que los hombres prefieren disimular. Puede estar relacionado con los complejos o los estereotipos, impuestos por la sociedad. En todo caso ya es hora de levantar la liebre.
1. A los hombres no siempre les apetece el sexo
Las mujeres están seguras de que a los hombres les apetece el sexo con más frecuencia que a ellas. Los representantes del sexo fuerte probablemente tienen la misma opinión. Pero no siempre es así. Así que no te apresures en sacar conclusiones si a tu hombre ya no le apetece el sexo cotidiano antes de dormir. Hace tiempo se ha demostrado que durante el acto sexual las mujeres reciben una porción de energía y mientras que los hombres la pierden . Esto explica el hecho de que después del sexo los hombres tienen mucho sueño porque necesitan recuperar energía.
Además, los hombres son más activos sexualmente por las mañanas, de las 7 a las 9. Pero no son muchas las parejas que practican sexo por la mañana, sobre todo los días laborables.
La falta del deseo sexual también puede estar causada por la edad, problemas de salud, por el cansancio y el estrés.
2. Los hombres fantasean durante el sexo
¿Con qué fantasean los hombres? Con todo lo que les gustaría probar. Por ejemplo, el sexo con una azafata, una estripper o algo por el estilo. En realidad, este tipo de fantasías es totalmente inofensivo. Pero si quieres, puedes poner en práctica algunas de ellas. Pregúntale sobre sus fantasías sexuales y conviértete para una noche en una geisha misteriosa, en una estripper sin prejuicios o en una profesora estricta. Ten por seguro que te lo agradecerá.
3. Los hombres odian cuando les critican en la cama
A pesar de que lo hagas con mucho tacto, igual no le gustará. Por eso cuando tu pareja te pregunta qué puede hacer para reforzar tu orgasmo, mejor no le cuentes lo que está haciendo mal. En cambio, enséñale en la práctica lo que te da tanto placer, dirigiendo suavemente sus acciones.