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Relaciones de pareja

Los pros y los contras de la convivencia

Los pros y los contras de la convivencia

En nuestros días todo sucede muy rápido. No es obligatorio conocerse mejor después del sexo en la                 primera cita,  y la convivencia e incluso el nacimiento de los hijos comunes no dan motivo para autorizar las relaciones.

Las parejas modernas no tienen prisa por pasar por el altar, prefiriendo vivr juntos durante un tiempo antes del matrimonio. Y si para las mujeres no es nada fácil olvidar sus sueños sobre el vestido de novia, los hombres a su vez son los primeros en propagar las relaciones libres.

Los psicólogos afirman que precisamente los hombres son promotores de la convivencia prematrimonial. Pero vamos a aclarar si es verdad que la convivencia siempre acaba con las relaciones.

De dónde viene el término “la convivencia prematrimonial”

La inventaron los holandeses ya en el siglo XVI por razones religiosas. Es que en aquel entonces estaba prohibido casarse por la iglesia a las personas que profesaban diferentes religiones. Pero las autoridades legalizaron la convivencia.

En los Estados Unidos la convivencia ya desde hace mucho se percibe como algo normal y natural. En caso de que la pareja se separe, la mujer puede presentar un escrito al tribunal, y si tiene las pruebas necesarias de la convivencia, puede recibir todos los derechos de una esposa legal.

En Francia, por ejemplo, la pareja puede concluir un contrato, donde están señaladas todas las cuestiones, relacionadas con los derechos de propiedad. Y en la República Dominicana las parejas que viven juntas más de 4 años reciben todos los derechos de esposos legales.

¿La convivencia ayuda a conocerse mejor?

Entre los aspectos favorables se encuentra el hecho que convivir permite a las parejas descubrir si son realmente compatibles antes del matrimonio, porque hay muchas cosas que, estando de novios cada uno en su casa, no se llegan a conocer. Llegado el dí­a que hay que convivir bajo  el mismo techo, pueden surgir muchos conflictos, por ejemplo, por las costumbres en la casa, por el manejo del dinero, por la distribución del tiempo libre, por el sexo… Es cierto que el “ensayo” de la futura vida familiar puede ser útil en muchos aspectos.

Las parejas pueden separarse en cualquier momento

Al mismo tiempo las relaciones libres son una forma de escaparse del compromiso y de dejar puertas abiertas que faciliten una eventual separación.

Las parejas que cohabitan tienden a tener un sentido de la identidad de la pareja más débil, menos voluntad de sacrificarse por el otro, y menor deseo de ver que la relación se proyecte a largo plazo.

Dado que las parejas que cohabitan tienen un índice de ruptura mayor en comparación con las parejas casadas, esto trae consigo más estrés y tensión para las mujeres y sus hijos si los hay.

Los miedos, las sospechas y la desconfianza pueden perjudicar cualquier relación. Además, el deseo de muchas mujeres de contraer el matrimonio cueste lo que cueste provoca escándalos, peleas y el resentimiento mutuo.

Según los psicólogos, para poner a prueba los sentimientos se necesitan 4 años de estar juntos. Al acabar este plazo es mejor decidirse por algo más serio o separarse si la relación no funciona,

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