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Salud sexual

Las costumbres femeninas que amenazan la potencia masculina

Las costumbres femeninas que amenazan la potencia masculina Científicos americanos han averiguado que la intención de las mujeres de lucir atractivas y perfectas para los hombres en realidad deja huella negativa en las capacidades sexuales masculinas. En particular, la costumbre de las mujeres de vestir demasiado sexy afecta negativamente a la libido masculina.

«La ropa sexy provoca en los hombres el deseo que no siempre puede ser satisfecho.  El problema es que la excitación sexual vana les agobia y afecta su mentalidad lo que al fin y al cabo puede hacerles impotentes y acortarles la vida”, – comentan los expertos.

Para resumir 30 años de investigaciones, los científicos han descubierto que el 83% de los hombres que han fallecido a la edad de 60-65 años además de las enfermedades relacionadas con la edad, sufrían cáncer de  próstata.Según los sexólogos, el desarrollo de esta enfermedad puede ser provocado por los fermentos que se concentran en el organismo debido al sentimiento de frustración causado también por los deseos sexuales insatisfechos.

Es curioso que en la lista de los factores que afectan a la potencia masculina también está el perfume femenino. Resulta que la costumbre de muchas  mujeres de usar perfume puede tener consecuencias muy negativas. Los productos químicos del grupo de los ftalatos que se utilizan mucho por las empresas que fabrican productos cosméticos afectan al esperma masculino, haciéndolo menos viable.

Lágrimas femeninas

Según los científicos, el olor de las lágrimas se parece a las feromonas que uno percibe más bien por el inconsciente. Es una señal química codificada que afecta a los hombres reduciendo bruscamente el nivel de la testosterona en la sangre. Esto significa que el deseo sexual se reprime.

1 respuesta a «Las costumbres femeninas que amenazan la potencia masculina»

Definitivamente no hay nada como el sexo salvaje de dos cuerpos en estado indomable, disfrutando los olores, los sabores y el cuerpo del otro, de la otra en estado puro, sin complejos y sin tapujos; como animales en brama; es poesía absoluta; ¡que viva el sexo animal! 🙂

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