Existe un gran número de ideas falsas sobre la sexualidad masculina que no están confirmadas por las investigaciones científicas.
Mito 1. La abstinencia sexual es útil para la salud de los hombres e incluso prolonga la vida.
Es cierto que afirmaciones de este tipo podemos encontrarlas en antiguos tratados chinos sobre el amor y el sexo. Pero hoy en día los urólogos y sexólogos afirman lo contrario. Tener relaciones sexuales al menos 2 veces por semana es totalmente indispensable para los hombres, ya que los que tienen una vida sexual regular viven unos 10 años más. El sexo regular es la mejor prevención de la prostatitis o del cáncer de próstata. Además, el órgano sexual está creado para usarlo, por lo tanto hay que entrenarlo.
Mito 2. Es posible contagiarse de enfermedades venéreas también con preservativo.
No es cierto. Cuando el condón se usa correctamente, protege con bastante seguridad de la mayoría de las enfermedades de transmisión sexual. Por lo general, las rupturas suceden debido
al uso incorrecto del preservativo o a causa de su mala calidad.
Mito 3. La impotencia es cuando el hombre no puede, pues cuando no quiere es otra cosa.
¡La falta del deseo sexual también es un trastorno sexual! Es un síntoma muy importante de la alteración de la salud en general y no sólo el de la salud sexual.
Mito 4. En la edad madura el sexo puede perjudicar seriamente la salud masculina.
¡En realidad es todo lo contrario! El sexo en la edad madura reduce el riesgo de infartos y los ataques cerebrales. El sexo de calidad puede ser una alternativa válida del ejercicio físico. La vida sexual regular equilibra el sistema hormonal y reduce el riesgo de tener cáncer de próstata. Es más, se ha observado que los hombres maduros que están casados con mujeres más jóvenes o tienen una amante joven se sienten mucho mejor y se cuidan más.
Mito 5. Los hombres mayores pierden la potencia sexual
Esto es parcialmente cierto. ¡Pero sólo parcialmente! La capacidad sexual de un hombre maduro suele ser menos evidente que en los jóvenes. Pero la “longevidad” de la potencia depende de muchos factores como el estado de salud, la regularidad de la vida sexual y de la capacidad de disfrutar de la vida. Además, los logros de la medicina moderna permiten llevar una vida sexual activa hasta una edad muy avanzada.