Después de los abrazos los representantes de ambos sexos tienen el nivel más alto de la hormona que es responsable de la lucha contra la ansiedad y el estrés. El nivel de esta hormona es especialmente alto en las personas que están enamoradas porque los abrazos simbolizan el apoyo de la pareja y cuanto más seguro es éste, tanto menor es el nivel de la hormona del estrés.
Otras investigaciones demuestran que cuando nos abrazamos nuestro cerebro produce más endorfinas, las sustancias que reducen el dolor y causan una sensación de alegría y euforia. Muchas parejas confiesan que tienen necesidad de abrazos, sobre todo cuando se sienten enfermos o deprimidos. Y tienen razón, ya que desde el punto de vista fisiológico los abrazos son los defensores naturales contra el dolor. Y por último, los abrazos nos enseñan a amar.